Este padre ha acostumbrado tanto a su hija a comerle el coño que ella casi no quiere ni follar. Una mamada de coño bien hecha es mil veces mejor para una chica que la penetración en sí, por lo que hay que llevar mucho cuidado para que no se enganchen al sexo oral.

Como siempre os decimos los ojos y la cara son el espejo del alma y no hay más que ver a esta adolescente para saber que literalmente se derrite en la boca de papá. Nosotros preferimos a las chicas con las tetas más gordas, pero en este caso hacemos una excepción viendo lo que tiene esta nena entre las piernas…