Unos tanto y otros tampoco ¿verdad?, qué mal repartido está el mundo… Este cabrón se lo ha montado realmente y es que en cuanto acaba de follar con su mujer y ella se duerme, entra en escena su gemela pidiendo también su ración de polla.

Las maduritas son como dos gotas de agua aunque seguro que cada una tiene una habilidad especial en la cama. A nosotros tanto nos daría una que otra, con esos cuerpos repletos de carne y ese vicio en la sangre no le haríamos ascos a ninguna.