Ya nos gustaría a nosotros ser la víctima de este par de cerdas maduras de Alemania, aunque esos honores se los reservaron a uno de sus sobrinos. El tipo es el clásico jovencito medio tonto que todo le parece bien y ni siquiera se sintió mal cuando sus dos tías lo acorralaron con la total intención de follárselo.

El chaval tan solo sonreía y sabía que lo único que debía hacer era mantener la polla dura y dejar que ese par de guarras hicieran el resto. Viendo este trío familiar cobra total sentido eso que dicen de que todos los tontos tienen suerte…