La cara es el espejo del alma y la de este abuelo perverso no dejaba lugar a especulaciones: era un cerdo y tenía la clara intención de acostarse con su nieta adoptada. La joven es la típica adolescente latina delgadita pero con un cuerpecito que invita al pecado, sobre todo cuando la ves durmiendo con tan solo una camiseta y un tanguita…

El viejo tiene la fea costumbre de oler la ropa interior usada de su nieta, pero la última vez era tan fuerte el olor a coño impregnado en sus braguitas que no se pudo resistir a dar un paso más…