Ya puede confesarse un millón de veces esta madre religiosa que lo que hizo con su hijo no la va a salvar del infierno. Todos sabemos que la carne es muy débil y cuando eres muy creyente debes una gran capacidad de contención para no caer en el pecado. Pues esta madre cayó, vaya si cayó, le entró un calentón tan fuerte que no pudo evitar restregar su coño con la polla de su hijo hasta casi hacer fuego.