La vida es una lotería y cuando te toca una madre zorra que tiene ganas de follarte a todas horas es una gozada hasta cierto punto. Este pobre hijo tiene ya la polla en carne viva porque mamá lo busca constantemente, está obsesionada con su polla y ya no le deja ni dormir.

La que vas a ver es una de las tantas visitas que  hace la madre al cuarto de su hijo para que le de su dosis de rabo y leche. El chaval está totalmente destrozado y sin embargo es incapaz de no darle a su madre lo que le pide. Las madres son todas unas santas y lo dan todo por sus hijos, pero a la inversa pasa lo mismo…