Cansada de sus provocaciones y de que no pegue un palo al agua, esta madura humilla a su hijo después de pillarlo por enésima vez pajeándose y bebiendo cerveza. El chaval se pasa todo el día jugando a la consola, bebiendo birra y ha dejado de estudiar, por supuesto tampoco trabajo.

Algún escarmiento tenía que darle su madre y lo que hizo la mujer fue obligarlo a que se pusiera una de sus bragas. Joder, qué vergüenza ¿verdad?, pues aún así no le salió tan mal la cosa al chico porque mamá acabó haciéndole la mejor paja de toda su vida y además sin pagar.