Mediante cámaras ocultas e ingenios varios este tipo grababa el coño de su tía, era un voyeur de coños y sobre todo de los coños de maduras. Ella obviamente lo sabía pero le hacía gracia y sobre todo le excitaba que su sobrino se pusiera tan cachondo con ella.

Ni era la madura más follable del mundo  ni la más guapa, pero era muy zorra y sus carnes eran toda una invitación al sexo más cerdo. Una gran mamada fue el pistoletazo de salida para que la relación sentimental entre tía y sobrino se pusiera en marcha.