Yo tenía tantas ganas de acostarme con mi hermano como él conmigo pero había algo dentro de mi que no me dejaba hacerlo. Sabía que era cuestión de tiempo y el otro día cuando mi hermano empezó a tocarme como hace habitualmente, cerré los ojos y pensé: ha llegado el día. Después de corrernos los dos solo me arrepentí de no haberlo hecho antes. La experiencia fue igual o mejor que si lo hubiera hecho con cualquier otro chico. Lo mejor de todo es que mis padres no están mucho en casa y pasamos muchas horas solos…