Me podéis llamar loco, pervertido y todo lo que queráis, pero mi madre está tan buena que al final no he podido evitar follármela. Yo sé que muchos de vosotros habríais hecho lo mismo en mi lugar, ya llevo demasiado tiempo controlándome…

Pues así es, las cosas tienen un límite y ya no podía ver cómo mi madre se paseaba por casa enseñando sus grandes tetas, su culo perfecto y redondo y en definitiva provocándome a diario. Si ella hubiera sido más discreta seguramente no habría pasado nada, pero es que encima en cuanto me insinué ella me siguió el juego y ese mismo día acabamos follando.