Mi tía se quedó viuda y me aproveché de la situación para tener sexo con ella
22:17Siempre estuve enamorado de mi tía y no era solo por su belleza y por su atractivo personal, que también, sino porque conmigo siempre fue encantadora y se portó muy bien. Mi tía es una mujer única y hasta el día que me muera seguiré amándola… Cuanto estamos juntos no quiero ni necesito nada más; su forma de besar, de hacer el amor y su entrega hacia mi hacen que se me olvide todo lo que hay a mi alrededor.
Yo tengo 19 años y mi tía 38, pero tiene un aspecto juvenil y para su edad está realmente bien. Tiene unos ojos azules preciosos, una mirada profunda, los labios carnosos de color rosado y una melena rubia lisa que le llega casi hasta la cintura.
Su cuerpo no es menos impresionante porque tiene una talla 100 de pecho (totalmente natural), pero además los tiene aún firmes y duros al igual que sus nalgas. Parece que esté describiendo a la mujer perfecta, pero es que mi tía simplemente lo es…
La verdad es que físicamente nos parecemos bastante, aunque yo tengo ciertos rasgos de mi padre como una gran estaura y las manos grandes, algo que a ella le encanta. El caso es que lo nuestro empezó hace una año cuando mi tía se quedó viuda. En ese momento siempre estuve a su lado y supongo que ese acercamiento hizo posible que a día de hoy estemos juntos. Al principio me sentía mal porque en cierto modo me aproveché de su vulnerabilidad, pero con el tiempo me di cuenta de que ella deseaba estar conmigo igual o más que yo con ella.
Mi primera experiencia con ella nunca la olvidaré. Era Domingo, me había quedado a dormir en su casa como otras muchas veces, pero aquel día estaba muy excitado y decidí asomarme a su habitación porque siempre dejaba la puerta abierta.
Sin pensarlo entré y me quedé quieto al lado de su cama, estaba dormida profundamente y yo tan solo quería contemplarla. Le aparté un poco el pelo para ver su preciosa cara y aunque estaba tapada con una sábana, yo sabía que ella dormía desnuda en verano.
Lentamente empecé a bajar la sábana y noté que sus pezones estaban muy duros; ¿estaba teniendo un sueño erótico?, pues era bastante probable… Ella seguía durmiendo sin enterarse de nada, así que abrí sus piernas muy despacito y puse mi boca muy cerca de su coño, que estaba muy pero que muy mojado. Mmmmmm, qué olor más excitante, ¡me encantaba oler su sexo!.
En vista de que parecía no darse cuenta, abrí sus labios vaginales, metí mi lengua dentro hasta localizar el clítoris y empecé a lamerlo lentamente. En ese momento ella empezó a gemir y exclamó: ¡¡¡te amo Luis!!!… Dios, Luis era mi tío y como aún estaba medio dormida pensaba que yo era él. Me suplicó que siguiera comiéndoselo y así lo hice hasta que tuvo un orgasmo en mi boca increíble.
Después continué besando sus muslos, su barriga y sus pechos, momento en el que ella me agarró de la cabeza y mientras me miraba fijamente entendió que yo no era su difunto marido, era su sobrino preferido…
Sin dejar que pensara, me lancé rápidamente a besar sus labios y aunque al principio se resistió un poco, finalmente se relajó y se rindió ante mi cerrando los ojos. Luego fue ella quien me agarró de nuevo y empezó a besarme con lengua como jamás una chica había hecho. Estaba claro que yo le gustaba, así que volví a comer su coño y en menos de un minuto ella tuvo otro orgasmo aún más intenso que el anterior. También se corrió en mi boca y cada vez me gustaba más el sabor de su flujo vaginal.
Era mi momento y así que lo hizo ver ella. Con los dedos de una mano se abrió la vagina y con el dedo índice de la otra señalaba su entrepierna para que entrase dentro de ella. Uffff, aquello era demasiado y sabía que sería cuestión de segundos que yo empezase a eyacular. En cualquier caso ella ya se había corrido un par de veces, así que por lo menos la había dejado satisfecha.
Como si fuera una locomotora metí me polla dentro de ella y en muy poco tiempo ya estaba teniendo las típicas contracciones antes de eyacular. Rápidamente la saqué para no hacerlo dentro, pero ella agarró mi verga, se la volvió a meter y me agarró de las nalgas fuertemente hacia ella con la clara intención de que le metiera toda mi leche dentro.
No pregunté, sencillamente la inseminé y juro que prácticamente perdí el conocimiento por el inmenso placer que me produjo aquello. Ya más tranquilos me dijo que durmiese esa noche con ella y nos quedamos dormidos agarrados hasta el día siguiente.
Desde entonces estamos juntos y yo la considero como “mi mujer”. En mi familia es un secreto a voces que mi tía y yo tenemos una relación de incesto, sin embargo nadie dice nada quizá porque ella sufrió mucho con la pérdida de su marido y al fin y al cabo yo la hago feliz…
marzo 5, 2021