Realmente no son tan diferentes este padre pervertido y la puta de su hija. Ambos están todo el día masturbándose, solo que ella lo hace en solitario y él espiándola cada vez que se mete en el cuarto de baño.

Al fin al cabo ambos iban buscando lo mismo y es darse placer en el cuerpo. Obviamente de un momento a otro entre ellos surgiría algo más que un simple cariño entre padre e hija. Ese momento ha llegado…