No hay nada más peligroso que una hija con ganas de sexo, pero tampoco hay nada más placentero… Esta nena se despertó excitada, su madre se había ido a trabajar y como siempre su papi es quien sabe cómo consolarla.

De primeras lo despertó con una mamada que no te la hace ni la mejor de las prostitutas y además mirándolo a los ojos. En cuanto su verga tuvo la dureza que a ella le gusta, se sentó sobre ella y se hizo cosquillitas en el chochito. No es por nada pero hijas así no se ven todos los días, ¡qué gusto da tener esta descendencia femenina!.