Para muchos, la idea de comprar un barco puede sonar como un sueño extravagante. Sin embargo, para un padre sediento de sexo con su hija, un barco puede ser la mejor inversión que jamás haya hecho. Al estar alejado de la costa y lejos de miradas curiosas, el padre puede tener relaciones sexuales con su hija sin tener que preocuparse por ser vistos o descubiertos. Además, el barco proporciona un ambiente íntimo y privado en el que los dos pueden disfrutar de su relación sin interrupciones. Aunque el barco puede ser una gran inversión, para este padre pervertido vale cada centavo.