Mi hermana y yo tenemos varios códigos o señales con los que nos entendemos a la perfección. Por ejemplo, cuando ella se pone unos pantalones ajustados que le marcan mucho el coño y el culo, no tengo ninguna duda de que quiere que le eche un polvo. Hasta hoy no me he equivocado nunca y comparto una de las tantas veces que acabamos follando. Tampoco tengo que preguntarle si puedo acabar dentro, su coño palpita tan fuerte que es obvio que me está dando permiso.