En el sentido literal de la palabra esta hijastra árabe se puso a babear como si fuera una perra en celo mientras su padrastro le partía el culo. La sensación de tener una polla dentro del ano hizo que sus papilas gustativas se pusieran a trabajar a toda velocidad. Si, estaba claro que le gustaba aunque por dentro se quisiera morir por lo que estaba sucediendo. A partir de este momento tendrá que replantearse sus convicciones espirituales porque ha cometido uno de los pecados más sucios que se pueden cometer…