Que calladito tenía esta suegra golosa que le gustaba tanto chupar pollas. Ha tenido que ser con unas copas de más en el cuerpo cuando el marido de su hija se entere de la gran zorra que se esconde detrás de esa ama de casa.

De cara a “la galería” es la clásica madre buena y bondadosa que está siempre pendiente de su familia, en la intimidad se transforma y se convierte en una mamona de aupa. El tipo no tardó ni 30 segundos en explotar dentro de su boca, asegurándose que se tragaría hasta la última gota de su corrida.