Mi madre y yo tenemos mucha complicidad cuando mantenemos relaciones sexuales, demasiada diría yo. Que sea tu madre y tu pareja a la vez une mucho y eso nos permite llevar nuestros encuentros hasta límites insospechados. Comparto hoy con vosotros el doloroso anal que sufrió en sus carnes mamá hace unos días, aunque ella es de las que piensa que del dolor también es posible obtener placer si se canaliza bien.

Yo no soy tan filosófico ni tan profundo como ella, sencillamente me desahogué como un cabrón partiendo su culo y con eso me basta…