Mi hermana mayor fue mi maestra sexual

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Mi hermana y no nos llevamos 5 años, nuestra relación siempre fue normal como la de cualquier hermano. Teníamos nuestros más y nuestros menos pero nos quereríamos mucho y se nos olvidaban rápidamente los enfados. Yo siempre he sido bastante vergonzoso con las chicas e intentaba esquivar pensamientos sexuales porque me sentía mal, de hecho muchas veces pensé que sería cura o algo de eso.

Todo cambió cuando cumplí los 18 años, quizá fue un poco tarde pero tuve una explosión sexual fortísima y no podía quitarme de la cabeza el hecho de masturbarme y pensar en chicas todo el tiempo. Por aquel entonces mi hermana tenía 23 años y mi visión hacia ella cambió radicalmente: ya no la veía simplemente como mi hermana, la veía como una chica muy bonita y con un cuerpo espectacular.

No ayudaba mucho el hecho de que siempre se paseara en pantaloncitos cortos por casa ni que se duchase con la puerta del baño abierta. Cuando se sentaba en el sofá con las piernas abiertas se le notaba todo el chochito abultado y aquello me ponía enfermo. Pese a que intentaba por todos los medios no caer en la tentación, un día me asomé por la puerta del baño para verla desnuda y ahí empecé a fantasear con que me la tiraba. Tranquilamente me podía masturbar 4 y 5 veces diarias pensando en el maravilloso cuerpo de mi hermana, hasta que llegó un momento que no era suficiente.

Mis padres decidieron hacer unas reformas en casa y durante un mes mi hermana y yo tendríamos que dormir en la misma cama, ya que por espacio no cabían dos en su cuarto. Sólo de pensarlo prácticamente eyaculaba sin tocarme y me mentalicé de que pasara lo que pasara yo me mantendría fuerte y no haría nada…

La realidad es que sólo aguanté la tentación la primera noche y porque dormimos espalda con espalda. El segundo día ella me dijo: ¿te importaría dormir ponerte detrás de mi de cucharita?, es que así estoy más calentita y además me encanta que me abracen. Santo Dios, ¿cómo iba a poder evitar empalmarme?, ¿qué excusa iba a poner?… Dejé de pensar porque creía que me volvía loco, hasta que cayó la noche y mi hermana me dijo: vamos a dormir ya que estoy cansada, ponte el pijama y vente a la cama.

Si la tensión ya era máxima por la comprometida situación, cuando me iba a meter en la cama mi hermana estaba tapada y me dijo: hermano, no pienses mal pero solo llevo unas braguitas, es que tengo sucios los dos pijamas y no tengo nada más qué ponerme. Joder, todos los astros se aliaban en mi contra o a mi favor según se mire. Ni le contesté, me acosté detrás de ella y al sengudo pegó su culo en polla. Di un salto hacia atrás porque obviamente tenía la polla como una piedra, pero ella me agarró del culo y me apretó hacia ella diciendo: no seas tonto anda, que a todos los chicos se les pone dura. Buenas noches y que descanses.

Vamos a ver, encima de que se había acostado en bragas sabía que yo estaba empalmado y aún así me plantó todo el culo en la polla; ¿quería decir esto que estaba dispuesta a follar conmigo?. Podría ser una alucinación o efectivamente mi hermana era una cachonda, así que sólo tenía dos opciones: dejarlo pasar o comprobarlo.

No tenía nada que perder, al revés, más tenía que ganar ya que hasta ese momento nunca había tenido relaciones sexuales con chicas. Decidí abrazarla de tal forma que le agarré sus tetas gordas con mis manos y suavemente restregué mi rabo en su culito. Casi al instante ella acompañó mi movimiento con su culo, notando claramente que ella estaba jadeando. No había pasado ni un minuto y de repente mi hermana se dio la vuelta y empezó a besarme en la boca desesperadamente. No podía ni respirar, me metía la lengua hasta el fondo y restregaba su coño en mi polla con una fuerza que hasta me asustó.

Después de no sé cuánto tiempo dejó de besarme y mientras aún me agarraba de la cara me preguntó: ¿te ha gustado?… Le dije que me había encantado y que quería más, a lo que ella contestó: sé que nunca has estado con una chica y durante el tiempo que durmamos juntos te voy a enseñar todo lo que necesitas saber sobre sexo. El corazón empezó a bombearme casi más rápido que la polla y le dije: estoy dispuesto a aprender, tú mandas.

Me dijo que estuviera tranquilo porque aunque lo había dejado con su novio seguía tomando la píldora anticonceptiva, es decir, que podría correrme dentro de ella cuantas veces quisiera.

Esa noche me corrí al menos 5 veces, mi hermana era insaciable y yo no quería ni podía parar, pero tenía que ir con calma si no quería acabar en urgencias con la polla destrozada. De todas formas lo mejor no fue esa primera noche, sino el resto de días porque no hubo ABSOLUTAMENTE NADA que no hiciera con mi hermana.

La tercera noche y nada más empezar, me hizo una mamada tan increíble que tuve que controlarme para no gritar como un loco. Se lo tragó todo y me dijo que sabía muy bien mi semen, de los mejores que había probado… La cuarta noche me invitó a follarle las tetas, la cuarta tuvimos sexo anal y reconozco que desde entonces en mi mente no tengo otra cosa. Los sucesivos días probé todo lo que te puedas imaginar y más, así que mi hermana fue mi maestra sexual y todo lo que se sobre sexo se lo debo única y exclusivamente a ella.

El problema ahora es que se ha echado un novio nuevo y casi no la veo porque prácticamente se ha ido a vivir con él a su casa. La echo mucho de menos tanto sentimental como sexualmente hablando, pero entiendo que la vida es así. En cualquier caso me queda el consuelo de lo vivido con ella. La vida es muy larga y nunca se sabe si nuestros caminos volverán a unirse algún día…

marzo 5, 2021