El día que pillé a mi madre en la ducha desnuda

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Cuando llegué a casa ese día estaba el coche de mi madre y me pareció raro porque siempre llega más tarde que yo.

Entré y había un silencio sepulcral, así que me fui a la cocina y me tomé una cerveza antes de ducharme. Me desnudé de camino al baño y cuando entré casi me da un infarto…

Mi madre estaba totalmente desnuda secándose con la toalla y aquello me provocó una fuerte erección. Tenerla como Dios la trajo al mundo me había excitado, sobre todo porque tenía un cuerpo increíble y los pezones gordos y duros como a mi me gustan.

Otro detalle que fue el detonante de mi excitación es que tenía el coño depilado, uffff, qué cachondo me había puesto viendo a mi propia madre así.

Cuando reaccioné le pedí perdón e hice el amago de irme corriendo, pero ella no me dejó…

Se acercó sonriendo hacia mi y me dijo: ¿Te gusta lo que ves hijo?. Yo no sabía qué contestar, simplemente la miraba de arriba a abajo y su cuerpo era como un imán para mis ojos.

Ella llevó la batuta en todo momento y me dijo que estaba segura de que me gustaba. Tímidamente asentí sin saber muy bien hasta dónde quería llegar, pero dejé que hablara ella por si me equivocaba y todo aquello eran imaginaciones mías.

Sin decir nada más empezó a acariciar mi polla, que llevaba dura así como 15 minutos. Empezó a besarme por el cuello mientras me masturbaba lentamente y m lamía los pezones.

En ese punto no pude más y la agarré de las dos nalgas fuertemente a la vez que le comía la boca. ¡Qué situación más cerda por Dios!, ¡pero cuánto me gustaba!.

Prácticamente me la comí de arriba abajo, le comía las tetas, el coño e incluso el culo, que también lo tenía totalmente depilado. Ya no me importaba nada y a ella tampoco, así que fui a por todas.

La agarré con fuerza del brazo, la llevé a su habitación y la lancé contra la cama. Si era tan puta de tener sexo conmigo también lo sería para que me dejarse follarla por todos sus agujeros.

Antes quise hacerle una buena mamada de coño y os juro que cuando se corrió la primera vez empezó a llorar. Aquello me cortó un poco el rollo y le pregunté si estaba bien, pero me contestó que lloraba de puro placer, que no parase por lo que más quisiera.

Ya no tenía dudas, era una gran zorra e iba a conocer cómo se las gastaba su hijo con las mujeres…

Mamá temblaba como una adolescente mientras le hacía sexo oral, su flujo vaginal era como un río y no paraba de tener orgasmos. Decidí seguir adelante comiéndole la entrepierna por una sencilla razón: quería conseguir el flujo suficiente como para usarlo de lubricante y romperle el culo.

Ella estaba tumbada boca arriba y cuando pensé que ya era suficiente, le di la vuelta con fuerza y la puse a 4 patas. Ella gritaba y sollozaba, pero no me importaba nada.

Mientras me la follaba por el coño le escupía en el culo y le metía los dedos con violencia, aunque realmente en ese momento lo tenía bastante dilatado. Cuando saqué la polla la tenía empapada, así que directamente se la introduje en el culo hasta el fondo y sin miramientos.

Una vez dentro de su ano, me agarré con fuerza a sus tetas y empecé a follármela mientras se las estrujaba y la morreaba muy cerdamente. Fijaos si se corría que me empapaba los muslos y me chorreaba su flujo hasta las rodillas.

Así estuve un rato aguantando como un campeón, pero aún me quedaba un agujero por follar…

Cuando estaba a punto de correrme saqué la polla de su culo, la agarré de los pelos y empecé a follarle la boca hasta el punto de casi hacerle vomitar. Era tan guarro aquello que no parecía real, pero dejé de pensar en las consecuencias, cerré los ojos y me corrí en su garganta a lo bestia.

Cuando acabé la pobre se fue corriendo al baño a limpiarse y oía cómo tenía arcadas, normal, no imagináis la cantidad de leche que se tragó.

Yo me quedé tumbado en la cama sonriendo y pensando en cuándo me la podría follar otra vez. Os puedo adelantar que no tardé mucho, pero os lo contaré en otro relato…

marzo 5, 2021